28 jun 2009

EL MUNDO QUE FLUYE, EL MUNDO PASAJERO.

“Sólo vivimos para el instante que admiramos el esplendor del claro de luna, la nieve, la flor del cerezo y las hojas multicolores del arce. (…) nos dejamos llevar – como una calabaza arrastrada por la corriente del río- sin perder el ánimo por un instante. Esto es lo que se llama el mundo que fluye, el mundo pasajero”

Asai Ryoi (Kyoto 1661 )




En un lugar fresco del parque, bajo la sombra de un grupo de árboles y el suelo recubierto de espeso musgo se encuentra una pileta de piedra labrada toscamente. El agua con un continuo borboteo rebosa lamiendo la roca.


Tras su paseo semanal por el parque, el hombre repara en la fuente y en su débil y caótico rebosar. Rodea la fuente, estudia su forma y acaricia la roca reconociendo su tacto. Recoge una piedra que hay cerca del camino y una hoja verde y fresca del árbol vecino. Coloca la hoja en un extremo de la pileta y la sujeta mediante el peso de la piedra. Se aleja unos pasos y observa como el agua, antes dispersa, se canaliza formando una pequeña columna perfecta de agua. Después se aleja con el espíritu tranquilo y reemprende su caminata.


El mundo pasajero, el mundo que fluye.



A través de los monjes budistas y su concepción global, se ha ido moldeando en Japón una estética basada en conceptos que el mundo occidental rara vez presta atención. La afirmación budista sobre “las tres características de la existencia” (Tri Laksana) es el fundamento de la estetica japonesa, denominada wabi-sabi. Entendida como la belleza de lo incompleto, lo efímero y lo imperfecto.



En Japón la eternidad no es un concepto estático, si no algo fluido que se reafirma en pequeños instantes.

7 jun 2009

REFUGIO

En los edificios buscamos dos cosas: que nos sirvan de refugio y que nos hablen
Ruskin

vista desde el mar

Tras verse forzado a dejar la construcción de la Opera de Sydney debido a una gran presión política y mediática, la familia de Jörn Utzon encuentra en Mallorca un refugio dónde escapar de esa vorágine. Un lugar donde encontrarse y poder parar el tiempo. Allí construirán su casa: Can Lis.

…Es necesario tener una sana visión de la vida. Entender el concepto que significa caminar, sentarse y tumbarse cómodamente, disfrutar del sol, la sombra, el agua contra el cuerpo, la tierra y todas las sensaciones menores. Si se quiere alcanzar la armonía entre el espacio que se crea y lo que en él se va a desarrollar, la base de la arquitectura siempre debe ser el bienestar. Resulta simple y muy razonable…

Extracto de : La esencia de la arquitectura, escrito por Utzon en 1948

La casa se construirá en una parcela cercana a Porto Petro, en un acantilado sobre el Mediterráneo. Un solar que es la quintaesencia del borde o la frontera (entre la vegetación y la roca, la sombra y la luz cegadora, el cielo y el mar…). Es seguramente el mejor lugar dónde poder experimentar las sensaciones descritas por Utzon.


REFUGIO....



La propuesta de 1971 contiene las piezas que engranarán el resultado final.
Cada pieza es una cueva excavada sobre Marés (cueva como arquitectura primigenia) el paisaje penetra en el interior.
Cada una de las piezas es la esencia del programa que acoge, representada mediante el mobiliario fijo de obra.
El salón transcribe el recorrido del sol de este a oeste y el tiempo se hace tangible

La articulación de la planta y la sección de las estancias recuerda en este primer proyecto a la arquitectura aditiva y en especial al prototipo Uno-x en Herning de Utzon.

Y QUE NOS HABLEN….


Algo ocurre entre el anteproyecto y la obra construida.

El estricto orden geométrico impuesto por el proyecto debe incomodar a Utzon. Algo parece no cuadrar, y de una manera similar, casi manual, a cómo Enric Miralles modifica la maqueta de la biblioteca de Palafolls, Utzon parece desencajar las piezas y moverlas con sus manos hasta que algo parece encajar. Quizás por azar.

proceso de reorganización
Enric Miralles - maqueta biblioteca de Palafolls



vista exterior

El resultado es una arquitectura sin tiempo.

Vernacular: Construcción arraigada en la tradición viva de la isla.
Clásica: Su geometría en planta recuerda la implantación de las piezas en la acrópolis de Atenas, y el porche de la cocina parece una interpretación del ágora.
Medieval en sus ventanas horadadas en grandes muros ficticios de piedra de Marés.
Maya en su concepción solar.
¿Moderna?

Acrópolis de Atenas


Interior de la sala

Sin embargo nada de ello es ecléctico, todo forma parte de una manera natural de asentarse en la isla. El mayor logro de la casa es parecer que siempre ha estado allí. Para mi esta es la parte en la que el edificio nos habla, alto y claro.